Frío que hiela, tiritándome hasta los zapatos, piel de gallina sin plumas, pero hoy tú me darás tu calor.
Abrázame hasta romperme cada uno de mis huesos, ahora yo sería capaz, tanto tiempo aguantándolos que ya no sabe controlarse, están descontrolados, no saben donde dejar las fuerzas para no manifestar el tiempo que lo echaba de menos.
Calor se siente, mi corazón se deshiela, vuelve a revivir y en el rostro una gran sonrisa se percibe, imposible ahora dejar de mirarla, siento las nubes de nuevo, y la siento volar tras de mí.
Besos esponjosos, dulces y avariciosos, piden de mi lo mejor, miel que me empalaga hasta las entrañas, dulce manjar que apetece a todas horas, droga maldita que de ella no puedo desintoxicarme.
Caigo, pero a tu lado, caigo, pero como si de una pluma me tratase, ligera como si el viento me acariciara cada poro de la piel, misma sensación que tus manos le agradan a mis ganas de parar el tiempo por un instante y dejar que el momento durara toda una vida.
Tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario