Me siento caracol

Hoy me siento inspirada.
Hoy tengo ganas de desahogarme a piñas con alguna pared, de mirar a alguien y gritarle al oído ¡el amor es una puta mierda!, de coger cada una de mis canciones favoritas y escucharlas hasta odiarlas, de rajar a alguien de la garganta al estómago y manchar mis manos con su sangre, tengo ganas de gritar, de llorar, de morder, de olvidar, tengo ganas de salir.
Salir de esta cueva que cada vez me introduce más en su interior, un interior cada vez más negro, pero no de oscuridad, si no de sentimientos, donde está todo triste, donde tu imagen aparece cada vez que una tenue luz se muestra en el camino hacia la oscura cueva.
Debo buscar la salida, buscar y seguir el pequeño rayo de luz que se ve al final, o volver por donde he venido.
No me gustaría tomar la primera.
Quiero volver, dar marcha atrás y volver por donde la cueva se abre, volver y arreglar cada una de las luces que se habían apagado.
Volver y buscarte, correr detrás de ese sueño que intenta alejarse y no lo permitiré, buscar la forma de que veas que te has equivocado pero que no ha sido un error sin solución.
Y no pienses que la solución es marchar, ese si sería el grave error, la solución está a mi lado, donde las cosas serán como antes, donde todo era de colores, donde mi vida tenía un sentido, donde mi vida eres tú.

Me siento caracol, siento que me arrastro, siento como me voy desvalorizando yo sola, me siento un insecto más.
Pero.....me da igual, ¿por qué?
Porque sé que cuando deje de arrastrarme es porque he conseguido aquello por lo que luchaba, porque he aguantado como un verdadero insecto hasta convertirme en un animal temible, porque sé que ahí será el momento en que no seré una más, sino alguien diferente.




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