24 horas del día.
24 horas con las que me perdería cada día a través de tu saliva, con el tacto de cada beso, con el cosquilleo de cada papila gustativa de tu suave lengua.
Atar tus labios a los mios las 24 horas del día, no reparar de cada segundo sabiendo que vas a estar solo entre mis dientes, que mordisquearé cada segundo de carne de tus labios.
Asfixiarme de cada suspiro que entre dientes desatas al viento, viento que me trae aromas de tu suave piel, de tu oro pelo, de tus rayos de sol.
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