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¡Hola!, te has adentrado en mi pequeño mundo.
Seguro que has caído aquí de buenas a primeras y que decirte, si te gusta leer y de verdad estás aburrido/a, deprimido/a, o muy contento/a....¡Has llegado al blog perfecto!...¡uh! cuantas flores me he tirado en un momento...bueno, era un poco a broma el comentario.
Bueno que ya que estás por aquí, ahora hablando enserio, hecha un vistazo que no te cuesta nada, solo decirte que muchas personas se han sentido identificadas con las cosas que por aquí dejan mis neuronas.
¡Espero que disfrutes! y no dudes en dejarme tu comentario al final de cada blog, o de la página en general.
¡Ah! se me olvidaba, si quieres esperar mientras se publica otra entrada, al final de la página podrás encontrar un pequeño juego del "pinball".
Todo para que te sientas a gusto mientras pasas tu tiempo en este pequeño lugar.
Saludos.

martes, 18 de octubre de 2011

Paranoias mentales que le cuento


Paranoias mentales que le cuento al monstruo de debajo de mi cama, paranoias mentales que hablo con mi duendecito verde que vive dentro de mi zapato, cosas ilógicas que carecen de sentido para la gente del exterior y lo más lógico para mi, pajas mentales que desarrollo en mi cabeza pensando en la chica de la clase de al lado, aquellas canciones que canto en la ducha porque me da la gana, mis ganas de saltar en el centro del bus, gritar sin más a los coches al pasar por la calle, tirar piedras al mar, hablar conmigo misma.
Paranoias mentales que le cuento al monstruo de debajo de mi cama, paranoias mentales que hablo con mi duendecito verde que vive dentro de mi zapato, momentos en los que me siento irreconocible, días grises, en blanco y negro o a color, días lluviosos, días soleados, días de porros, días de películas, días de fiesta, días de besos, días de nostalgia, días de abrazos, días de miradas, días para echar de menos, días para dormir y otros para no hacerlo.
Paranoias mentales que le cuento al monstruo que vive debajo de mi cama, paranoias mentales que hablo con mi duendecito verde que vive en mi zapato, paranoias mentales que sufre mi cerebro, contracciones y espasmos que me dan con cada sentimiento que golpea mi corazón, deseos y sueños de buen y mal gusto, caricias que se dispersan con el viento, y palabras que se oxidan con el tiempo.
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